Psicostasia
Los orígenes de muchos símbolos plenamente cristianos se hunden en la noche de los tiempos y son deudores de ideologías y de religiones anteriores. No estamos haciendo una afirmación fuera de lo común. De hecho, todas las culturas son deudoras de las que las precedieron, y nunca civilización alguna hizo tabula rasa de todo lo anterior.
A veces los símbolos románicos parten de mitos muy antiguos, de civilizaciones desaparecidas tan alejadas del siglo XII como puedan ser la egipcia o la asiria. Otras veces las conexiones no están tan claras y parece que existe una especie de imaginario colectivo que pertenece a la especie humana en su conjunto, sin distinción de lugares ni épocas, posiblemente por pertenecer al inconsciente colectivo de todos los seres humanos.
La Psicostasia o el pesado de las almas en una balanza tras la muerte del individuo para decidir el futuro de la misma la condenación o la salvación es uno de tales mitos. Las imágenes se reproducen desde el inicio de la historia en civilizaciones variadas. La pesada se efectúa por lo general en una balanza de dos platillos.
Veamos esta imagen del antiguo egipto:

En dicho acto se pesaban simbólicamente los actos que el difunto había cometido en vida y se determinaba si era merecedor de una vida eterna. Los egipcios pensaban que era en el corazón donde residían los sentimientos e incluso la memoria, por lo que éste era el órgano pesado. La diosa Maat por medio de su símbolo (una pluma) está presente en el otro plato de la balanza. Esta diosa lo es de la justicia, y figura en el acto de psicostasia como garante de la justa medida y consiguiente resultado de vida eterna o extinción para el difunto. La pluma es una simbología bella y ambivalente: paradigma de la levedad de peso, su mera existencia como contrapeso hace referencia directa a la rigurosidad del juicio que supone la pesada.
Además de la balanza y de los contenidos simbólicos de los platos, es de destacar la presencia de Osiris y de Anubis, o de Osiris y Horus, incluso a veces de la diosa del nacimiento y el dios del destino.
En primer plano, la dios Ammit , diosa con cabeza de cocodrilo y cuerpo formado por dos animales: mitad delantera por un león (o leopardo) y mitad trasera por un hipopótamo. Recibe los títulos de "Devoradora de los Muertos", "Comedora de Corazones", "La Grande de la Muerte", "Devoradora de Amentit", "Habitante de Amentit". Diosa inhumana por tanto, está más allá de la compasión y permanece presta a devorar el corazón del difunto que pese demasiado, indicativo de que no es digno de alcanzar la vida eterna debido al peso de sus actos inmorales.
Sociedades más cercanas a nosotros también tuvieron presente el mito de la psicostasia . La literatura homérica por ejemplo hace al menos dos referencias a pesadas en balanzas de los destinos humanos por parte de Zeus , padre de los dioses. Una decidiendo la suerte de troyanos y aqueos, poniendo en una balanza de oro los destinos de ambos, y otra en el célebre enfrentamiento de Héctor y Aquiles .
Sin embargo, y a pesar de las analogías aparentes, en este caso hay una diferencia con el pesado de las almas: no es la virtud de un difunto quien es pesada, ni su moral o altura espiritual, sino meramente su suerte o su destino. Se trata en este caso de una Kerostasia. El nivel moral del mito griego es muy bajo por tanto, si no inexistente. Ahora no se pesa un alma para efectuar una contabilidad de méritos, sino que se contrastan los hados de dos contendientes o de dos pueblos, más sometidos al capricho de los dioses o del destino que al peso de los méritos o deméritos.

El encargado de pesar las almas en el imaginario románico es San Miguel Arcángel. En las siguiente ilustración vemos la enjuta derecha de la portada de Santa María la Mayor d Sangüesa. La foto está realizada por mi en Agosto de 2005.

La escena transcurre a la izquierda del Pantócrator, a la derecha según ve el espectador. En la hilera superior vemos a ocho condenados que ya han pasado la prueba con resultado nefasto. Están desnudos y se acurrucan los unos contra los otros. Bajo ellos, tres difuntos han superado la prueba y aparecen vestidos en actitud orante con los rostros vueltos hacia el Cristo en majestad.
Tras ellos aparece San Miguel Arcángel con la balanza, y otros dos almas junto una pléyade de demonios que los atormentan, seguramente antes del juicio de la balanza.
La ilustración es una de muchas en el románico español, y es la elegida por haber sido realizada por mi, no por ser la más significativa. Sin embargo es muy jugosa: en el platillo de la derecha (al revés para el observador) está colocada el alma, simbolizada por un ave mientras que en la izquierda el demonio en representación teriomórfica de serpiente muerde el platillo para inclinar la balanza hacia el lado de la condenación y hacerse así con el alma del difunto. La figura del demonio como un tramposo es ubicua. En otras representaciones análogas apoya descaradamente la mano en la balanza mientras mira para otro lado...
En la representación egipcia, Ammit estaba deseosa de comerse el corazón del difunto (que es el análogo a poseer su alma) pero asistía al juicio sin intervenir; aquí sin embargo la actitud del diablo es torticera. Eso es una constante en las representaciones románicas, como iremos viendo.
A veces los símbolos románicos parten de mitos muy antiguos, de civilizaciones desaparecidas tan alejadas del siglo XII como puedan ser la egipcia o la asiria. Otras veces las conexiones no están tan claras y parece que existe una especie de imaginario colectivo que pertenece a la especie humana en su conjunto, sin distinción de lugares ni épocas, posiblemente por pertenecer al inconsciente colectivo de todos los seres humanos.
La Psicostasia o el pesado de las almas en una balanza tras la muerte del individuo para decidir el futuro de la misma la condenación o la salvación es uno de tales mitos. Las imágenes se reproducen desde el inicio de la historia en civilizaciones variadas. La pesada se efectúa por lo general en una balanza de dos platillos.
Veamos esta imagen del antiguo egipto:

En dicho acto se pesaban simbólicamente los actos que el difunto había cometido en vida y se determinaba si era merecedor de una vida eterna. Los egipcios pensaban que era en el corazón donde residían los sentimientos e incluso la memoria, por lo que éste era el órgano pesado. La diosa Maat por medio de su símbolo (una pluma) está presente en el otro plato de la balanza. Esta diosa lo es de la justicia, y figura en el acto de psicostasia como garante de la justa medida y consiguiente resultado de vida eterna o extinción para el difunto. La pluma es una simbología bella y ambivalente: paradigma de la levedad de peso, su mera existencia como contrapeso hace referencia directa a la rigurosidad del juicio que supone la pesada.
Además de la balanza y de los contenidos simbólicos de los platos, es de destacar la presencia de Osiris y de Anubis, o de Osiris y Horus, incluso a veces de la diosa del nacimiento y el dios del destino.
En primer plano, la dios Ammit , diosa con cabeza de cocodrilo y cuerpo formado por dos animales: mitad delantera por un león (o leopardo) y mitad trasera por un hipopótamo. Recibe los títulos de "Devoradora de los Muertos", "Comedora de Corazones", "La Grande de la Muerte", "Devoradora de Amentit", "Habitante de Amentit". Diosa inhumana por tanto, está más allá de la compasión y permanece presta a devorar el corazón del difunto que pese demasiado, indicativo de que no es digno de alcanzar la vida eterna debido al peso de sus actos inmorales.
Sociedades más cercanas a nosotros también tuvieron presente el mito de la psicostasia . La literatura homérica por ejemplo hace al menos dos referencias a pesadas en balanzas de los destinos humanos por parte de Zeus , padre de los dioses. Una decidiendo la suerte de troyanos y aqueos, poniendo en una balanza de oro los destinos de ambos, y otra en el célebre enfrentamiento de Héctor y Aquiles .
Sin embargo, y a pesar de las analogías aparentes, en este caso hay una diferencia con el pesado de las almas: no es la virtud de un difunto quien es pesada, ni su moral o altura espiritual, sino meramente su suerte o su destino. Se trata en este caso de una Kerostasia. El nivel moral del mito griego es muy bajo por tanto, si no inexistente. Ahora no se pesa un alma para efectuar una contabilidad de méritos, sino que se contrastan los hados de dos contendientes o de dos pueblos, más sometidos al capricho de los dioses o del destino que al peso de los méritos o deméritos.

El encargado de pesar las almas en el imaginario románico es San Miguel Arcángel. En las siguiente ilustración vemos la enjuta derecha de la portada de Santa María la Mayor d Sangüesa. La foto está realizada por mi en Agosto de 2005.

La escena transcurre a la izquierda del Pantócrator, a la derecha según ve el espectador. En la hilera superior vemos a ocho condenados que ya han pasado la prueba con resultado nefasto. Están desnudos y se acurrucan los unos contra los otros. Bajo ellos, tres difuntos han superado la prueba y aparecen vestidos en actitud orante con los rostros vueltos hacia el Cristo en majestad.
Tras ellos aparece San Miguel Arcángel con la balanza, y otros dos almas junto una pléyade de demonios que los atormentan, seguramente antes del juicio de la balanza.
La ilustración es una de muchas en el románico español, y es la elegida por haber sido realizada por mi, no por ser la más significativa. Sin embargo es muy jugosa: en el platillo de la derecha (al revés para el observador) está colocada el alma, simbolizada por un ave mientras que en la izquierda el demonio en representación teriomórfica de serpiente muerde el platillo para inclinar la balanza hacia el lado de la condenación y hacerse así con el alma del difunto. La figura del demonio como un tramposo es ubicua. En otras representaciones análogas apoya descaradamente la mano en la balanza mientras mira para otro lado...
En la representación egipcia, Ammit estaba deseosa de comerse el corazón del difunto (que es el análogo a poseer su alma) pero asistía al juicio sin intervenir; aquí sin embargo la actitud del diablo es torticera. Eso es una constante en las representaciones románicas, como iremos viendo.
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